La característica más singular de una vaca lechera es el rumen, la gran cuba de fermentación que utiliza microbios para convertir el alimento que consume en los nutrientes que necesita. Es capaz de tomar alimentos que otros animales, incluidos los humanos, no pueden utilizar y extraer de ellos valor nutritivo para producir leche.
Aunque el rumen presenta algunas ineficiencias, tiene algunas ventajas sobre los animales monogástricos, entre las que se incluyen:
- Puede utilizar los forrajes como fuente de energía mediante la fermentación microbiana de los carbohidratos y su conversión en ácidos grasos volátiles.
- Los microbios del rumen pueden desintoxicar las micotoxinas y disminuir su efecto en el animal.
- Los microbios del rumen aumentan la disponibilidad de fósforo debido a la producción endógena de fitasa.
- Los microbios del rumen son los principales contribuyentes de vitaminas B, lo que reduce la necesidad de suplementos en relación con los animales monogástricos.
- Los microbios pueden convertir fuentes de nitrógeno no proteico (NPN) de bajo coste, como la urea, en una fuente superior de proteína metabolizable (MP), reduciendo así los costes de los suplementos proteicos.
Esto nos lleva a preguntarnos si estamos aprovechando al máximo esta funcionalidad única, especialmente cuando se trata de maximizar la eficiencia proteica de nuestras vacas lecheras. En los últimos años, gran parte de la atención de la nutrición proteica se ha centrado en la alimentación con ingredientes que eluden el rumen, pero no podemos ignorar los beneficios que se derivan de alimentar correctamente el rumen.
El rumen es clave para maximizar la eficiencia del nitrógeno
Las fuentes de proteína de bypass ruminal han acaparado la mayor parte de la atención porque la conversión de nitrógeno en proteína láctea es extremadamente ineficiente en el ganado lechero. Un estudio de 20091 descubrió que la eficiencia media del nitrógeno es de sólo 24,7%. Esto supone un problema para los productores lácteos por un par de razones.
La primera razón es que, dado que el ganado lechero utiliza las proteínas de forma ineficaz, hay que suplementar con niveles más altos de proteínas para alcanzar el nivel deseado de producción de leche. Dado que la proteína suele ser el componente más caro de una ración láctea típica, el aumento del coste de los piensos es un incentivo para mejorar la eficiencia proteínica del ganado lechero.
La otra razón es el impacto que la suplementación con alto contenido en proteínas tiene sobre el medio ambiente. A medida que aumenta la cantidad de proteínas, también aumenta la cantidad de nitrógeno que se excreta al medio ambiente a través de la orina. Las normativas locales, especialmente cerca de cuencas hidrográficas y poblaciones urbanas, seguirán siendo más restrictivas y tendrán un impacto en sus prácticas nutricionales. Como administradores del medio ambiente, la reducción de la proteína en la dieta es la herramienta más eficaz para reducir las pérdidas de nitrógeno en su explotación lechera.
Para lograr mayores niveles de producción de leche, muchos productores lecheros tienden a centrarse en la suplementación con proteínas y aminoácidos de bypass, pero la mejor forma de mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad medioambiental es centrarse primero en la alimentación del rumen.
Usted puede comenzar a maximizar la producción lechera proporcionando el conjunto correcto de aminoácidos a través de la proteína metabolizable, con énfasis en los dos primeros aminoácidos comúnmente limitantes, la lisina y la metionina. Por ejemplo, una vaca Holstein de 1.500 libras que produce 95 libras de leche (3,8% de grasa y 3,2% de proteína verdadera) en su segunda lactación requiere más de 3.000 gramos (6,6 libras) de MP por día para mantener este nivel de producción (Van Amburgh, et al., 2015). Para suministrar esta copiosa cantidad de MP, es necesario priorizar la maximización del rendimiento de proteína microbiana en el rumen. Esto se logra proporcionando a los microbios del rumen fuentes de energía que incluyen azúcar, almidón, fibra soluble y FDN digestible y equilibrando estas fuentes de energía disponibles en el rumen con proteína degradable en el rumen (PDR; amoníaco, aminoácidos y péptidos). A continuación, se corrige el déficit de MP restante con proteína no degradable en el rumen (RUP). Esto puede incluir alimentos como harina de soja protegida por el rumen, granos de destilería, subproductos porcinos y aminoácidos protegidos por el rumen (lisina y metionina).
Optimizar la nutrición para mejorar la eficiencia del rumen
Con la nutrición adecuada y el equilibrio correcto de aminoácidos en el rumen, podemos mejorar la eficiencia de la proteína microbiana. Esto ayudará a su explotación porque puede:
- Reducir la necesidad de suplementar proteínas de derivación más caras, lo que puede mejorar la rentabilidad de su explotación.
- Reduzca la cantidad de proteína desperdiciada que se excreta al medio ambiente, mejorando la sostenibilidad de su explotación.
También es fundamental que alimentemos directamente el rumen, que es lo que Zinpro® IsoFerm®, nuestra última innovación, nos permite hacer. Zinpro IsoFerm mejora la función del rumen alimentando directamente a los microbios que digieren la fibra. Visite nuestra página de productos para obtener más información sobre cómo hacer que las vacas lecheras sean mejores vacas al tiempo que mejoran la digestión de la fibra y la utilización de la proteína.
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