La gallina ponedora moderna tiene un ciclo vital de unas 100 semanas y, en ese tiempo, se espera que produzca unos 500 huevos con cáscaras fuertes. Para satisfacer estas demandas, los productores de huevos deben asegurarse de que las gallinas ponedoras tengan estos tres rasgos ideales:
Robustez
Una gallina ponedora robusta tendrá la salud general y la competencia inmunitaria necesarias para recuperarse más rápidamente de las enfermedades y otros desafíos, lo que permitirá a su organismo centrarse en su propio mantenimiento y en la producción de huevos durante toda su vida. Establecer la robustez es especialmente crítico al principio de la vida, cuando la gallina recibe sus vacunas. Dependiendo de la región, una gallina puede recibir hasta 10 tipos de vacunas. El sistema inmunitario de la gallina debe ser robusto para reaccionar adecuadamente a esas vacunas. Sin una respuesta inmunitaria robusta, el ave no podrá producir los anticuerpos necesarios para protegerse contra la enfermedad.
Salud fuerte del esqueleto y las piernas
Establecer un esqueleto y unos huesos medulares fuertes a una edad temprana es fundamental en las gallinas ponedoras por dos razones. En primer lugar, si a la edad de 15 semanas no tienen suficiente masa ósea formada, pueden sufrir fracturas en la fase de producción, lo que repercutirá negativamente en su salud general de muchas maneras. La otra razón es que la salud del esqueleto está directamente correlacionada con la calidad de la cáscara del huevo. El calcio de los huesos de una gallina se deposita en cada cáscara de huevo, por lo que si su esqueleto no es fuerte, sus cáscaras de huevo serán de baja calidad.
Persistencia de la colocación
La persistencia de la puesta es un factor que afecta directamente a la rentabilidad de la industria del huevo. Más importante que alcanzar el pico de producción previsto para cada línea genética es mantener las manadas produciendo durante varias semanas a niveles máximos. El reto ha sido mantener el pico de producción a lo largo de las semanas manteniendo al mismo tiempo una excelente calidad de la cáscara del huevo. Al mejorar la robustez y la salud esquelética de las gallinas, podemos mejorar la persistencia de la puesta y asegurarnos de que alcanzan su máximo potencial a lo largo de su ciclo vital, produciendo más huevos de alta calidad.
Las tendencias del sector plantean nuevos retos a los productores de huevos
Las tendencias de la industria y las demandas de los consumidores han hecho que conseguir los rasgos ideales para las gallinas ponedoras sea aún más importante, pero también más difícil. Veamos algunas de las tendencias que han cambiado la forma en que nuestra industria gestiona las gallinas ponedoras.
Sistemas sin jaulas
Los consumidores actuales de huevos y aves de corral están más preocupados que nunca por el bienestar animal. Como consecuencia, el mercado de huevos sin jaulas está creciendo. El uso de jaulas en la producción de huevos ya se ha prohibido en la Unión Europea y también está disminuyendo en Estados Unidos.
Esto ha creado nuevos retos para los productores de huevos. En los sistemas sin jaulas, las gallinas se mueven mucho más que en los sistemas con jaulas, lo que aumenta su susceptibilidad a las fracturas de patas y hace más crítica la salud del esqueleto y las patas. Además, es más difícil controlar el entorno en los sistemas sin jaulas y las aves suelen criarse sin antibióticos. Estos factores pueden hacer que las aves sean más susceptibles a las infecciones bacterianas y víricas.
Huevos enriquecidos
Los consumidores también buscan huevos que les aporten más beneficios para la salud. Esto ha provocado el crecimiento del mercado de huevos enriquecidos con oligoelementos. Complementar la alimentación de las gallinas con Minerales de alto rendimiento Zinpro® aumenta la tasa de transferencia de oligoelementos como el zinc, el hierro y el selenio a la yema y la clara. Esto convierte a esos huevos en una fuente altamente disponible de esos minerales para el consumidor.
Los oligoelementos de alto rendimiento ayudan a las aves a conseguir los rasgos ideales
La suplementación de las dietas con Zinpro Performance Minerals desde el primer día es una de las estrategias más prometedoras para mejorar la robustez y la salud del esqueleto de las gallinas ponedoras e influir positivamente en la calidad de la cáscara del huevo.
El zinc, el manganeso y el cobre desempeñan papeles clave en el sistema inmunitario, mientras que el zinc es fundamental para el desarrollo de la barrera epitelial que ayuda a defender a las aves de infecciones bacterianas y víricas. Los mismos tres oligoelementos son necesarios para el correcto desarrollo óseo.
Un reciente estudio de investigación demostró que cuando las pollitas ponedoras recibían suplementos de zinc, manganeso y cobre de Availa® ZMC desde el primer día de edad, presentaban una mayor uniformidad y depositaban niveles más altos de zinc, manganeso, cobre, calcio y fósforo a las cinco semanas de edad en comparación con las aves alimentadas sólo con oligoelementos inorgánicos. Las aves alimentadas con Availa ZMC también presentaron una mayor densitometría ósea a las 15 y 93 semanas de edad, lo que se tradujo en un aumento de 0,34 mm en el grosor de la cáscara del huevo cuando las gallinas tenían 93 semanas.
Personas, productos y herramientas para la salud de las capas
Las nuevas tendencias de la industria y de los consumidores desafían a los productores de huevos a encontrar formas de mejorar la robustez, la salud del esqueleto y la persistencia de la puesta en sus gallinas ponedoras. Alimentarlas con oligoelementos más absorbibles, como Zinpro Performance Minerals, puede mejorar su salud desde el primer día y prepararlas para el éxito durante todo su ciclo de vida productiva.
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