Cuando hablamos de problemas digestivos en perros y gatos solemos referirnos a cuando vomitan o tienen diarrea. Sin embargo, los trastornos digestivos pueden adoptar muchas formas y los vómitos y la diarrea son los síntomas más graves. Algunos síntomas menos evidentes son la falta de interés por la comida, las flatulencias o incluso mostrar signos de depresión.
Los trastornos digestivos leves en perros y gatos pueden estar causados por diversos factores de estrés fisiológico: padres que alimentan a su mascota con comida rica para humanos, la mascota que come algo muerto o algo que su tracto gastrointestinal no reconoce. Por otra parte, los trastornos digestivos más graves pueden estar causados por infecciones bacterianas debidas a la ingestión de alimentos contaminados con bacterias como la salmonela o la campilobacteriosis, E. colietc.
Causas y síntomas de los trastornos digestivos graves en perros y gatos
Cuando un animal sigue su dieta habitual y equilibrada y consume alimentos de forma regular, todo se mantiene homogéneo y se produce una digestión normal. Sin embargo, cuando un perro o un gato come algo que, por la razón que sea, su tracto gastrointestinal encuentra anormal, vomitará. Pero eso no significa necesariamente que tengan una infección bacteriana o vírica. De hecho, un perro o un gato que vomita, aunque sea una vez al mes, debería considerarse bastante normal.
Los dueños de mascotas deben prestar atención si su mascota empieza a vomitar o tiene diarrea de forma regular y, más concretamente, si el contenido o las heces empiezan a tener un aspecto anormal. Nuestras mascotas tienen un microbioma muy diverso en su tracto gastrointestinal, que incluye muchas poblaciones diferentes de bacterias. Si una de estas poblaciones de bacterias crece fuera de control en el tracto gastrointestinal, comenzará a producir sustancias similares a las toxinas que son reconocidas como anormales por el sistema inmunológico dentro del tracto gastrointestinal y dan lugar a que el tracto gastrointestinal intente expulsarlas. Si no se expulsan, podrían provocar irritación, inflamación y posibles daños en el revestimiento del tracto gastrointestinal. Si el material vomitado no se parece a lo que el perro o gato comió originalmente, contiene sangre o una cantidad excesiva de moco, esto podría ser indicativo de una infección en el tracto gastrointestinal y un trastorno digestivo más grave.
Lo mismo puede decirse de las heces de la mascota. Un cambio en la textura, consistencia, color u olor podría significar que la mascota tiene un problema potencial de bacterias que crecen en el tracto gastrointestinal, causando una mayor producción de ácidos grasos que causan el mal olor.
Causas y síntomas de los trastornos digestivos leves en perros y gatos
Con un malestar digestivo más leve, nuestras mascotas pueden vomitar pero su aspecto será bastante normal. Otro indicador de un trastorno digestivo leve es que la mascota puede mostrar signos de depresión.
Cuando un animal de compañía no se encuentra bien debido a un trastorno digestivo, tiene el instinto natural de aislarse trasladándose a un escondite oscuro y tranquilo donde se sienta seguro. Se trata de un comportamiento normal, y es importante proporcionarle protección y consuelo frente a otros animales o factores estresantes durante este tiempo para que pueda recuperarse más rápidamente.
Tratamiento y prevención de problemas digestivos en perros y gatos
En muchos casos, el mejor tratamiento para los problemas digestivos de perros y gatos es ser paciente y vigilante. Por lo general, los perros y los gatos eliminan de su organismo la causa del trastorno digestivo de forma natural en un plazo de 12 a 24 horas y se recuperan por sí solos bajo la atenta mirada de su dueño. Por este motivo, la prevención es la mejor estrategia cuando se trata de trastornos digestivos en perros y gatos.
Lo mejor para prevenir los trastornos digestivos en perros y gatos es darles una dieta equilibrada y nutricionalmente adecuada en función de su peso corporal, etapa de la vida y nivel de actividad. Los trastornos digestivos pueden producirse cuando se cambia la comida de las mascotas, así que lo mejor es ser constante y darles la misma comida todos los días a la misma hora, o lo más cerca posible. A las mascotas les sienta bien la rutina. Si el dueño tiene que cambiar de marca de comida, debe aconsejarle que lo haga lentamente, mezclando la antigua y la nueva por partes y aumentando gradualmente la nueva marca en cada comida.
La alimentación con dietas crudas requiere una vigilancia adicional, ya que crea un riesgo adicional de seguridad alimentaria y manipulación debido a la contaminación potencial no sólo para la mascota, sino también para el cuidador humano. Las bacterias consumidas por las mascotas pueden seguir excretándose durante una semana o más después de una sola comida contaminada a través de las heces o la saliva. Proporcione a su mascota alimentos pasteurizados, bien cocinados o extrusionados que contengan un equilibrio saludable de proteínas, fibra, macrominerales, oligoelementos, ácidos grasos, aminoácidos y vitaminas. Los oligoelementos, aunque se necesitan en cantidades muy pequeñas, son fundamentales para crear un tracto gastrointestinal sano que funcione de forma natural y ayude a mantener el bienestar del animal desde dentro hacia fuera. Alimentar a su mascota con un pienso que contenga Zinpro® Minerales para el Desempeño® puede ayudar a gestionar estos retos gastrointestinales adicionales para reducir los problemas digestivos en perros y gatos. Además, puede ayudar a reducir la inflamación asociada del tracto gastrointestinal y la reposición del tejido gastrointestinal cuando se produce malestar.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es asegurarse de que las mascotas dispongan de un entorno cómodo para reducir los factores de estrés. Asegúrese de que dispongan de agua fresca y limpia para mantenerse hidratados y evite cualquier cosa que pueda resultar estresante para el animal cuando se sienta vulnerable.
Por último, asegúrate de que perros y gatos siguen un programa rutinario de desparasitación, sobre todo los que salen al exterior. Cuando los animales salen al exterior, pueden coger lombrices e infecciones parasitarias del suelo e infectarse. Esas lombrices o infecciones parasitarias pueden causar daños en el tracto gastrointestinal que provocan irritación y, en última instancia, trastornos digestivos.
Si se sospecha que una mascota tiene problemas digestivos, los propietarios pueden empezar por reducirle o retirarle la comida durante 12 a 24 horas, y asegurarse de que se mantiene hidratado con agua fresca y limpia. El perro o gato se beneficiará de la breve interrupción de la ingesta de alimentos y puede permitir que el tracto gastrointestinal se calme y restablezca su población normal de microflora. Puede ser beneficioso ofrecerles un poco de caldo de huesos o sopa clara para ayudarles a mantener la energía y proporcionarles hidratación. Si al cabo de un día más o menos empiezan a mostrar interés por la comida, es una buena señal, y no pasa nada por ofrecerles sopa y comida sólida. Si sigue enfermo, es imprescindible llevarlo inmediatamente al veterinario.
Prevenir los problemas digestivos de perros y gatos con una nutrición y unos cuidados equilibrados
Los problemas digestivos en perros y gatos son frecuentes y varían en gravedad. Con unos cuidados y una nutrición adecuados, juntos podemos reducir la prevalencia de los trastornos digestivos en perros y gatos y mantener a sus compañeros felices, sanos y cómodos.
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